ermitanga

Al margen pero con estilo

1.27.2007

Dollywood en castellano



Lejos de mí elaborar una crítica cinematográfica (¡), -carezco por completo de herramientas- pero no puedo dejar de expresar mi sensación tras haber visto “María Antonieta, la reina adolescente”, último film de Sofía Coppola.

Increíble despliegue escenográfico, espléndido derroche visual y todas las frases cursis que se puedan utilizar. Monumento al barroco, homenaje al chicle globo, videoclip de larga duración. Estéticamente me pareció impecable. De hecho, las fotografías que acompañan estas palabras me encantan como decoración del blog.

En cuanto al argumento me pasó algo similar a la película anterior de la directora, “Perdidos en Tokio”, aunque esta vez el sentimiento fue elevado a la enésima potencia. Otra vez hay una mujer que no sabe bien qué hacer con su vida, que no encaja, se aburre, aunque en esta ocasión no se le ocurre nada más que derrochar y dejar que la vida pase, entre fiestas y banquetes.

Alguien que sí sabe de cine escribió que la Coppola –a quien calificó de snob absoluta- se refleja a sí misma en sus personajes. Desconozco detalles acerca de la vida de la joven cineasta, pero me atrevo a coincidir en la apreciación. El argumento de María Antonieta, en mi opinión, cierra todavía menos que el de su anterior película –en ambas el guión, o la falta de él, corrió por cuenta de la propia directora, quien parece decidida a no ceder en este punto, aún a pesar de que su exquisita manera de filmar se llevaría de todas formas grandes elogios- y, volviendo a las palabras de este crítico, expresa una visión del mundo que no excede la de su propio ombligo.

Hermosa Kirsten Dunst, de quien logré apreciar cada uno de sus gestos hasta que su rostro me hizo acordar al de Maru Botana, y ya no hubo más retorno. Impecables los trajes, los paisajes, los increíbles zapatos confeccionados para la ocasión, así como la antológica pastelería francesa presente en gran parte de las escenas.
Pero,
Sofía, desde este humilde espacio me permito enviarte un mensaje que nunca te va a llegar: sos tan moderna que no te logro seguir, ni mucho menos entender qué carajo quisiste contar.

Tal vez me termine de ir a la mierda con esta última apreciación, pero me da realmente mucha bronca semejante despliegue para no contar nada, o para contar algo que, al menos para mí, resulta intrascendente por completo.

1.19.2007

Propuesta exquisita


Por iniciativa de S., Tengo un Blog? ha tenido a bien organizar (y muy bien) un cadáver exquisito entre los visitantes (quien esto suscribe incluida) interesados en participar.
Los primeros resultados de la grata experiencia se pueden apreciar aquí.
En breve, la autora del blog y algunos de sus más fanáticos seguidores prometen realizar una autopsia del cadáver, para descubrir a qué participante corresponde cada frase.
¿¿¿Lograrán cumplir con su cometido???

1.18.2007

Agarrame la bolsa



Aún a riesgo de parecer agente de prensa de la Liga de Amas de Casa de la impresentable Lita de Lázzari, debo elevar un reclamo acerca de la nueva actitud ponciopilatos-bolsera adoptada por las cajeras de supermercado en los últimos tiempos. Para otorgar a esta queja un carácter políticamente correcto, en realidad, debería dirigir estas líneas a los dueños, gerentes, etc. de las grandes cadenas a las que me refiero, pero lamento reconocer que quienes dan la cara son las/los cajeras/os y no me queda otra que agarrármela con ellas/os.

Sucede que no puedo entender a qué se debe esta nueva modalidad de "no embolsar" los productos adquiridos -tal como lo hacían desde que tengo uso de razón- corriendo esta actividad a partir de vaya uno a saber qué momento, por propia cuenta y responsabilidad de los señores clientes.

En mi caso personal, esta nueva modalidad vuelve tediosa cualquier compra por ínfima que sea. Podré ser acusada de torpe, pero realmente jamás logro despegar los distintos lados de cada bolsita en menos de tres minutos, mientras observo cómo se viene encima el siguiente comprador de la cola, a quien no puedo evitar dirigir una mirada cargada de odio, ("no ves que estoy luchando contra la bolsa"??) mientras la cajera sigue con su actividad como si nada, como si no hubiera nadie lidiando cuerpo a cuerpo con la compra, el apuro por abandonar el sitio lo antes posible y las antipáticas bolsillas de marras, que encima cada vez vienen de peor calidad y de un material cuasi transparente cercano a la inexistencia. Eso siempre y cuando uno frecuente supermercados más o menos decentes y tenga la suerte de que no se las cobren, claro.

1.14.2007

Necesidad y urgencia


Quienes leímos en nuestra infancia las geniales historietas de Asterix y compañía mantenemos alojada en algún lugar de nuestros cerebros aquella frase que repetía permanentemente Abraracurcix, el jefe de la aldea gala a la que pertenecía el simpático y mostachón personaje: "Lo único que han de temer es que el cielo caiga sobre vuestras cabezas" (o algo por el estilo). Además, todo el tiempo exclamaban "Por tutatis"!!! ante cualquier cosa, pero esto no viene a nada.
Pues bien, esperando no ofender a nadie con la herejía, me atrevo a retomar tan sabia afirmación para pasar a entregar en esta oportunidad, nada cuesta ver, nada cuesta revisar, una versión aggiornada de la misma: "Lo único que han de temer es que el cielo caiga sobre vuestras cabezas, y a sufrir la pérdida de vuestra pinza de depilar".
Lo digo con conocimiento de causa. Finalmente, en un boludísimo accidente doméstico (como lo son todos los de su especie) pasó lo que en algún momento tenía que pasar. Tuve la inmensa fortuna de encontrar una farmacia de turno a escasos metros de mi hogar, que me evitó la necesidad de alejarme demasiado, pero en algún momento llegué a entender muy bien aquella anécdota que alguna vez me contó alguien a quien conocí en un ámbito laboral: esta persona había trabajado en un reality de supervivencia organizado en algún lugar del caribe, a cuyos participantes les estaba prohibido contar con cualquier tipo de elemento más allá de los permitidos por la producción, y una de las chicas había intentado "coimear" a esta persona ofreciéndole quinientos dólares (u$s 500, por si alguien no entendió) a cambio de que le consiguiera, de forma clandestina, claro, una pinza de depilar. Lo traigo a la mesa por aquello de que siempre hay alguien que esta peor que una, vio.

Nota de actualización: quien desee realizar su propia experiencia de campo acerca del binomio pinza de depilar-reality, no tiene más que clavar su tv (siempre y cuando sea abonado de cablevisión) en el canal que transmite en vivo desde la casa de Gran Hermano, en cualquier momento de las 24 horas. Siempre habrá alguna participanta, anque participanto, utilizando mencionado instrumento. (Hay que reconocer que todo suena bastante asqueroso, por cierto, pero permítaseme la banal confesión por una vez). Gracias.

1.11.2007

Misceláneas


Continuando con la onda "de jardines ajenos" (o "de neuronas robadas", porque las propias trabajan a ritmo de verano y ya no responden de tanta quemazón) paso a entregar un fragmentete de una biografía de Borges, que cuando lo leí por primera vez me sacó alguna carcajada y cada vez que lo recuerdo me hace volver a sonreír.

"En un día así, pero en febrero, me di cuenta de que la mejor solución para evitar la humillación del calor era suicidarse. Pero, claro, había otras razones que ayudaban a esa decisión, aunque esa ya es suficiente".

Ya que estamos, algo de la cosecha de un inspirador del Sr. Jorge Luis, Macedonio Fernández, unas conocidísimas líneas dedicadas a la fallecida mujer amada, cuya inmensa ternura nunca deja de conmoverme.

Mientras duró
de todo hizo placer.
Cuando se fue
nada dejó que no doliera.

(Elena Bellamuerte, "Amor se fue")