ermitanga

Al margen pero con estilo

9.30.2006

Sacate las pilas


Ayer en determinado medio de transporte público me topé con una de esas personejas a las que en este momento no dudo en calificar de "miserables".
Paso a detallar: se trataba de un hombre de contextura pequeña (no viene muy al caso, pero me gusta recalcarlo porque me parece útil para la descripción), que munido de un nextel -de esos que emiten permanentes "pi-pi" insoportablemente molestos en la vía pública- comenzó a ubicar a sus subalternos y a romperles la existencia a una hora muy temprana de la mañana (todos sus interlocutores tenían tremendas voces de recién despiertos pero la manejaban, de ahí que deduje que su puesto era el de una especie de jefe) con frases como "Cachito, decime en qué locales están saliendo más las doble A". A lo cual, pi-pi mediante, venía un prolongado silencio durante el cual este gran pequeño hombre hacía gestos negativos con la cabeza, como resaltándonos a los involuntarios espectadores la incapacidad de su interlocutor de turno, y luego la respuesta: "en Virrey del Pino" (por ej). Después venía un "Averiguame dónde más por favor, espero tu llamado", seguido por otro gesto de desaprobación y un dato que introducía en una planilla, con unos aires como si se tratase de la mismísima lista secreta de candidatos a suceder al Papa y sólo él contase con esa información.

Terminada la crónica, paso a emitir un mensaje personal:
Flaquito, a vos te hablo: ¿A quién le ganaste, papá? ¿Te creés Gardel porque te conseguiste un puesto de supervisor de pilas? Sin desmerecer ningún trabajo, porque lo mismo va para cualquier gerente de la multinacional que se te ocurra: tus aires de superioridad metételos en el orto. Y no maltrates a la gente, porque mañana te sopla otro aire y tenés que volver a la yeca, como esos pibes a los que despertaste y pretendiste humillar. Y no me vengas con que lo hiciste delante de todo el mundo para ganar tiempo, porque lo único que querías era hacerte el importante delante de la gente que ni te conoce, porque se ve que muchas otras opciones para disfrutar de la vida no tenés.

9.22.2006

Larga vida


La siguiente anécdota debe tener como un año, pero la verdad es que cada tanto la recuerdo con cariño y me dan ganas de volver a contarla.
Me encontraba en pleno supermercado -junto a las góndolas de los lácteos, para ser más precisa- cuando vi a una viejita muy, muy viejita y arrugadita, que daba indicaciones a su viejito paradito junto al chango y tan, tan viejito y arrugadito como ella, del tipo: esa botella de leche, ese flancito...
Hasta que le pide que por favor intente alcanzar ese yogur de arriba...
- ¿Cuál?- preguntó el viejito con todo el esfuerzo que pudo ponerle a la pregunta, luego de agitadas idas y vueltas por la gondolieri.
- Ese!- respondió la viejita.
- ¿El de arriba de todo? - preguntó el octogenario.
- Sí, viejo, ese que se llama "Vida".
- Pero no llego, está muy alto.

9.14.2006

Más preguntas al viento


El otro día en plena vía pública reparé en una cuestión que nunca antes había descubierto: ¿Qué fue de la vida de los colectivos diferenciales? ¿Dejaron de existir o soy yo la que no los ve? ¿Se los tragó la tierra o se reciclaron en bondis de servicio "ordinario"?

9.05.2006

Un cortado


En este post intitulado como el noctámbulo ciclo de canal 7 -emisora a la que me jode no poder llamar más ATC- quiero elevar una queja a todos aquellos titulares de bares y cafeterías que no se percatan de que si uno entra a sus instalaciones en un horario, ponele, que ronde las tres de la tarde, o en cualquier otro momento del día, y lo hace para: mantener una conversación laboral, encontrarse con un amigo, matar el tiempo o contemplar a la gente pasar (la gente pasar, repite el coro) y carece de hambre como para comerse un sánguche o de sed como para tomarse una coca/sprite o afines, es muy probable que pida "un café".
Digo que algunos parecen no percatarse porque en lugar de la infusión mencionada tienen a bien servir un pocillo o jarrito con un acuoso líquido cuasi incoloro e insípido al que llaman "café", que en el mejor de los casos acompañan con un pequeño vasito de agua, gasificada o no, que bien viene para hacer olvidar a la boca ese momento desagradable que debió pasar al pretender beber el horrendo brebaje.
A ustedes me dirijo, señores dueños tutores o encargados, y no precisamente a quienes están al frente de fondas de Constitución, sino a los que manejan pintorescos locales, algunos de ellos ubicados en paquetérrimas zonas de la ciudad de Buenos Aires.
Déjense de joder, no amarreteen los escasos pesos más que les cuesta comprar una marca un poco mejor. En muchos de estos lugares la mitad de la gente que entra lo hace por los motivos ya mencionados y toma café por pedir algo o porque realmente quiere hacerlo. Yo sé que uds. preferirían que a todos se nos diese por almorzar cordero patagónico con salsa del bosque a cualquier hora del día, pero eso tampoco podríamos hacerlo en sus bares. Es poco lo que cuesta un cortado, es cierto, pero la suma de todos los que se sirven en el día calculo que no será para despreciar.
No te digo un colombiano máximo sabor, pero al menos algo que no provoque arcadas.
Pongansén las pilas, una maquinita decente, una sola vez. No puede ser tanta inversión. No está bueno volver a un lugar en el que alguna vez uno tomó un café horrible. Y, calculo (el comercio no es precisamente lo mío) una de las máximas de vuestro rubro ha de ser la unicenteresca "lo importante no es que vengas, sino que vuelvas" y así, mis queridos, vamos definitivamente para atrás.

Nota: la galletita con motivo judaico de la fotografía que ilustra este post no contiene ningún mensaje subliminal, cualquier asociación con la realidad es mera coincidencia y corre por cuenta de los señores lectores.