ermitanga

Al margen pero con estilo

5.26.2007

3 de famosos 3


1- Florencia Peña apareció en la tapa de conocida revista semanal diciendo algo así como "Bajé un cambio laboral para dedicarme a mi hijo". Digo, de pronto, me parece: ¿No era ella la protagonista de una "sitcom argentina" remake de una antigua serie norteamericana con la que se jugó el año pasado el canal de la familia, que finalmente no vio ni la propia ídem del mismísimo Villarroel, es decir, que el público le dio literalmente la espalda, por no decir otro nada delicado sector de su anatomía? ¿No fue ella quien, la semana pasada, en el sillón de la platinada conductora adoradora de los dinosaurios vivos, cual diva de la época dorada de Hollywood confesó, sin ponerse colorada, que no iba a las reuniones de padres de su gurrumín porque la única vez que lo había intentado le acercaron una revista para recortar fotos con el fin de organizar junto a otras madres una hermosa pegatina para sus hijos pero ella no recortó nada porque se colgó mirando unas fotos de su propia persona? ¿No es demasiado diferente el resultado de la suma de estos dos factores al producto que nos entrega la primera declaración?


2- BASTA de Enrique Iglesias declarando que si la tiene grande o si la tiene chica. No leí ninguna entrevista entera pero sólo con leer los títulos y/o bajadas de las notas aparecidas durante el último mes ya me entero de cuál es el tema que lo obsesiona y de sus revelaciones al respecto. Eso sí: nunca me queda claro cuál es la verdad, la mentira, o el chascarrillo cómplice para darle alguna clase de material "jugoso" a los periodistas. De todas formas, Julio, digo Enrique, NO ME IMPORTA. Sabelo.


3- Esta es la más personal y, quizás, la más grave de todas: creo que Charly Méndez Jr. Jr. me inspira algo así como cariño, ternura quizás. ¿Está mal? ¿Me tengo que hacer ver?

5.21.2007

Delirando por un sueño


Ayer tuve un sueño tan pero tan bizarro que no tuvo nada que envidiarle a Gran Hermano Famosos, ni a las más desvariadas líneas que pueda escribir el más endrogado de los guionistas vernáculos o del esterior. Creo que fue el sueño más delirante y vívido a la vez de los últimos tiempos.
Paso a relatar:
Me encontraba saliendo de una sala teatral luego de la finalización de una obra de la calle Corrientes, cuando contra la baranda de una supuesta terraza similar a las del Paseo La Plaza veo apoyada a la noventosa dupla Carlín Calvo-Pablito Rago, ambos portadores de un ojetoso semblante que debían al “problemita de adicción” de Pablito, dato que vaya uno a saber cómo me había llegado, pero la cuestión es que lo sabía fehacientemente. Por esas cosas de la vida –o de los sueños- mis acompañantes (de quienes jamás se revelaba la identidad, discípulos de Sigmund, por favor abstenerse) y yo, avanzamos hacia la salida y volvemos a toparnos con Pablito (vaya uno a saber cómo de repente caminaba delante nuestro si casi en simultáneo se encontraba junto a su compinche Carlín acodado en una baranda ubicada bastante más atrás, pero ya vieron cómo son los sueños) quien no estaba solo -y aquí viene el dato de color- ni acompañado por el hombre con apellido de pelado: Pablo Ragonese pasaba abrazado a la ¿otrora? actriz María Pía, quien interpretara a su novia en Clave de Sol, si la memoria no me engaña también lo hizo en algún momento en la vida real, y abusando de mi alarde recordatorio hasta me atrevería a arriesgar que junto al siempre adolescente Pablito componía la parejita Lucho-Karina, una de las más fuertes de la tira.
La cuestión es que al ver al dúo de tórtolos yo pensaba, con esa voz en off que en el código de los sueños le está reservada a los pensamientos de los protagonistas, es decir, a quienes los soñamos: “qué groso, lo voy a escribir en el blog, disimulado entre otras primicias de igual tenor pero todas falsas, para que los que entran arriesguen cuál es la verdadera”. Ahí me desperté.
Lo dicho: discípulos de Sigmund por favor abstenerse.

5.16.2007

Yo y mi otro yo

Hoy me pasó algo bastante extraño, que paso a relatar.

Tenía turno con mi dentista, que además de dentista es una artista, además de artista es un poco psicóloga y además de un poco psicóloga es uruguaya, y por lo tanto siempre te recibe con mate.
Tengo la suerte y casi la única posibilidad de ir siempre temprano a la mañana, por lo que la extrema luminosidad de su consultorio, sumada a la abundante colección de plantas de su balcón, a su yerba yorugua, sus obras de arte recientes y su garantizado buen humor matinal siempre resulta un cóctel infalible para comenzar el día pum para arriba (si se me permite la noventosa expresión).
Estoy haciendo un tratamiento que me lleva allí una vez por mes, así que ya tengo incorporada la visita a la artista-dentista entre mis actividades cuasi regulares (cuatro semanas pasan mucho más rápido de lo que muchas veces imaginamos) y hoy justo me tocaba efectuar una de ellas.
El asunto fue que por esas cosas de la vida esta vez no pude levantarme tan a tiempo como hubiese debido, ni apurarme como para llegar al consultorio a la hora pautada. Por lo tanto, opté por hacer algo que hasta ahora nunca había hecho: llamarla para pedirle disculpas por el incumplimiento.
El insólito diálogo que mantuvimos fue más o menos así:

Yo- Hola, ¿xxx?
Dentista/Artista- Sí, ¿quién habla?
Y- Qué tal, soy yo, xxx
D/A- ¿Cómo estás, xxx?
Y- Bien, todo bien, te quería comentar que no llegué a horario porque (bla, bla bla)
D/A- Pero igual vos no tenías turno hoy. Acá tengo anotado que a esta hora venía Dolly.

Sí. Exactamente así. Tal como lo leyeron. La charla se detuvo ahí durante un instante, por la sorpresa que me provocó la pronunciación de ese nombre, de "mi" nombre, que correspondía a una supuesta usurpadora de mi turno. Luego continuó, entre otras cosas la dentista-artista descubrió que no había pasado a la agenda de su secretaria mi turno de hoy y se lo había dado a esta "otra" persona, pero el resto de la conversación no viene al caso.
La cuestión es que después fui a última hora, logró atenderme, pude apreciar algunas de sus nuevas creaciones artísticas con motivos de vaquitas de san antonio como las que ilustran este post* (soy fana de ellas), prometió llevarme para la próxima otras creaciones con similares motivos que me quiere regalar y luego de una breve seudo-sesión psicológica nos despedimos.

Antes, me comentó como al pasar: "Al final, Dolly tampoco vino hoy a la mañana".

Se me ocurre una única reflexión: andá a cantarle a Borges.

* En realidad, las vaquitas de la foto no tienen nada que ver con las creaciones de mi dentist, pero me parecieron lindas igual.