De buenos y malos
Si bien es cierto que no es recomendable utilizar con frecuencia categorías extremas o maniqueas para clasificar a las personas (todos podemos contar con una amplia gama de grises), me permitiré plantear un pequeño jueguillo que propone establecerse como excepción: a tono con el espíritu reinante por estos días impuesto por Montecristo -telenovela en la que se puede encontrar un claro bando de los buenos contrapuesto al de los malos, acorde con una de las premisas del género- sugiero que, cuando se esté en algún lugar público, teniendo que hacer tiempo por algún motivo, se observe a cada una de las personas que pasan evaluando si en la telenovela de la vida pertenecerían al bando de los buenos o al de los malos. Es una fórmula probada, que recomiendo de buena fe. Puede haber casos que presenten dificultades y su resolución lleve algunos segundos, pero siempre se logra establecer el grupo de pertenencia. Háganme caso, pruebenlón.
6 Comments:
At 11:24 p. m., Daniela said…
Lo hago todo el tiempo, e increíblemente parece que siempre fueran muchos más los buenos que los malos.
(Off-topic: Pablo Echarri es feo, y que nadie me diga lo contrario.)
At 6:21 p. m., Dolly said…
Qué bueno que en tu telenovela haya más buenos que malos! (o no, según de dónde se lo mire).
At 9:20 p. m., jose said…
Hoy mismo empiezo con esta disciplina, que apunta para ser deporte olímpico
At 12:33 a. m., Anónimo said…
No sè si deporte olìmpico... creo que todavìa no lograron que lo sea el baseball, el rugby y el ajedrez... pero puede convertirse en un imperativo categórico kantiano: "actúa de manera tal que de regir la escala de Dolly quedes del lado de pablo Echarry y nunca, nunca, nunca del lado del señor de pelo blanco que es màs malo que las arañas"
He dicho.
At 5:32 a. m., Daniela said…
¡Uuuyssshhhhhh, arañas!
At 10:12 p. m., theremin said…
creo que en la telenovela de la vida soy y ojala siga siendo de los malos!!!
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