Cafetín de Buenos Aires
El otro día pasé por un bar cercano a la estación Lacroze y me llamó la atención una mesa con un par de viejos y otros comensales no tan viejos que deglutían sus fideos o churrascos con puré u otros platos similares con igual devoción. Todos tenían la misma cara de cansados, de ese cansancio posta, de la vida. Pero la idea no era ponerme solemne y hablar de los viejos, los no tan viejos y sus vidas, aunque deben ser muy interesantes, sino de aquel bar, que estaba bastante bueno.
Tampoco tengo en realidad demasiado para decir acerca de aquel bar, salvo que estaba bastante hecho pelota, que el mobiliario daba bastante tristeza y que en la mesa había varios sifones, de esos revestidos en plástico celeste, que me dieron mucha nostalgia. El lugar en sí era todo medio nostálgico, es de esos que se mantienen intactos (o casi) a través de las décadas. Yo sé que es bastante palermitano y queda bien coparse con esta clase de bares, es cool ir un sábado a la noche a sentir el clima mezcla rioba y tango que se respira en su interior, pero qué se le va’cer, les tengo cariño más allá de las modas. Y hasta a pesar de ellas.
4 Comments:
At 6:04 p. m., jose said…
Este es el primer post con gusto a domingo de Ermitanga
At 9:04 p. m., Dolly said…
Percibo en el comentario una especie de entrelínea que dice algo así como "bueno, en algún momento iba a salir"...¿o me equivoco?
At 7:17 p. m., jose said…
A todos nos sale el Domingazo de adentro
A guardar esa cola de paja
At 9:02 p. m., Dolly said…
"A guardar, a guardar cada cosa en su lugar".
Publicar un comentario
<< Home